Nadie es tan pobre que no tenga nada para dar
y nadie es tan rico que no tenga nada para recibir,
Este es un ensayo
casi en contra mío.
Un encomio de la escasez,
a pesar de que la aborrezca
más que a pocas cosas en esta vida.
Dichosos los escasos,
quienes tienen poco para dar
no porque ellos tengan poco en sí mismos
sino justamente porque demasiado tienen
y lo guardan
recelosos,
no lo quieren compartir.
Dichosos los escasos,
que no dicen no
sino más o menos.
Como poco dan,
poco esperan
y mucho reciben.
En cambio para las abundantes,
las entregadas a la ofrenda
a veces hasta al sacrificio,
para ellas nunca nada es suficiente.
Siempre dan de más
y reciben de menos.
La abundancia y la escasez
se encuentran y desencuentran.
La una busca a la otra
y una vez que se cruzan
se repelen.
Maldita la abundancia
que rechaza la abundancia
y convoca la escasez.
sos lo más este es el mejor blog del mundo
ResponderEliminar