Por sobre todo, prefiero:
la borrachera
la resaca
el maquillaje corrido
los cabellos despeinados
la ropa con olor a cigarrillo
y manchada con alcohol;
estar perdida
y disléxica
con cara de
no sé qué está pasando
pero está todo bien;
los ojos desorbitados
los ojos rojos
los ojos chinos;
las risas inexplicables
imparables
el qué qué qué qué;
preguntarse al día siguiente
¿yo hice eso?
los grados de inconsciencia;
no saber cómo llegaste a donde estás
ni cómo terminaste con quien estás.
Es que no me gusta
la pulcritud;
ante todo
prefiero
la estética demacrada.
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