Hoy es domingo y ayer sábado me puse un pedo madre. Así que, naturalmente, tengo una resaca imposible. Y, para qué les voy a mentir, también estoy un poco malhumorada, o decepcionada, o cansada, fastidiada. Porque ayer no quería dormir sola. Odio que el mundo no responda a mis deseos.
Sí, soy una caprichosa. Y de las peores. No me enorgullezco de ello. Pero es lo que hay. Me encantaría que todos me amen. No, mentira, todos no; y que me amen, tampoco. En realidad me encantaría poder elegir dos o tres personas para que gusten de mí. Quién pudiera...
Lo que en serio me encantaría, es que cuando alguien gusta de mí, no deje de hacerlo de la nada. Yo sé que eso pasa, de hecho lo sé porque a mí me ha dejado de gustar gente sin tener ningún buen motivo. Pero si pudiera elegir, preferiría que eso les pase con otras personas, y que de mí gusten hasta que yo me canse.
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