Soy la maría antonieta del siglo XXI, y al que quiera cortarme la cabeza, le recuerdo que después de la Revolución vino el Terror.

lunes, 24 de noviembre de 2014

machos...

Ayer salimos con algunas amigas de baile. Fuimos a una varieté que organizaba una de ellas y que después se convirtió en fiesta. Estábamos agotadas después de haber estado ensayando todo el día pero la música nos cebó tanto que no podíamos parar de bailar. Todas aplicamos lo aprendido en clase, twerkeamos y hasta bailamos una de las coreos que quedaba genial con la música que estaban pasando. 
Nos estábamos divirtiendo cantidad, pero nos estábamos divirtiendo entre nosotras, cosas que los machos pocas veces pueden soportar. Creen que nos divierte mover la cola, sí, pero que más nos divierte si la movemos para ellos. Se acercan a bailar con nosotras, nos quieren hacer formar parte de un trencito...
No entiendo esta actitud tan preestablecida de que a nosotras, ¿qué? ¿Nos va a caer bien que vengan a molestarnos cuando nadie los invitó? ¿Nos vamos a sentir halagadas? ¿Deberíamos sentirnos lindas porque un grupo de chicos se nos acerca? No. Mil veces no.
Un clásico engaño. Las chicas la están pasando bien entre ellas, no necesitan que un macho venga a decirles nada ni a querer bailar con ellas ni a poner cara de pajero porque vieron un culo moverse. Los machos, por su parte, no entienden cómo puede ser que un grupo de chicas la pase bien si no hay varones entre ellas, razón por la cual siempre deberían ser bienvenidos, casi bajo la forma del agradecimiento.
Estoy harta de esta misoginia y este machismo disfrazados de coqueteo. No es coqueteo, es violencia.

domingo, 23 de noviembre de 2014

Floresta cuando cogí por primera vez con Nico Scolnik

El chiste favorito de Nico era “¿Sabés cuál es la diferencia entre Flores y Floresta? ¡ÉSTAAAAAAA!!!!!”.
Lo conocí en épocas de vinculación al judaísmo y sus instituciones socio-educativas. En ese entonces me gustaban Nico y Alfre y pensaba: Nico es para chapar (hoy en día diría: garchar) y Alfre es para algo más. Al final Alfre nunca me dio bola y Nico se convirtió en mi novio. ¿Cómo? Quién sabe.
No está grabado en mi memoria, pero según narra mi blog chapamos por primera vez en el cumpleaños de mi amigo Guido. Y fue en otro cumpleaños del mismo amigo, un año más tarde, cuando le rompí el corazón chapándome a Mati con él presente. Y según me contaron, el lloró en la puerta el boliche.
Nueve meses estuvimos juntos. Ambos vivíamos en lo de nuestras respectivas madres y yo iba mucho a lo de él. En Floresta. Caminaba hasta Córdoba y me tomaba el 106 que me llevaba hasta su casa, si no me equivoco en Sanabria y Camarones. Él compartía el cuarto con su hermano, así que dormíamos en el comedor, tirábamos dos colchones y cogíamos en silencio.
Floresta es un barrio tranquilo. Nico era un chico especial. Creo que en ese momento yo sólo quería coger por primera vez y quizás por pudor, quizás por moralina, quizás porque siempre me habían dicho que tenía que ser con un novio, empecé a estar con él. O quizás en ese momento él me gustaba mucho y ahora, después de tanto tiempo, esos sentimientos perdieron intensidad y ya no sé exactamente qué fue lo que pasó.
Dicen que la primera vez es muy especial y bla ble bli blo blu. Música romántica, luz tenue y paciencia, mucha paciencia. Besos, mimos, calentura, miedo y nervios. ¿Qué se supone que tengo que hacer? Dejarme llevar. Todo eso me generaba mucha inseguridad así que Nico me decía que iba a esperar hasta que yo estuviera lista. ¿Hasta que estuviera lista? No sé cuándo se está listx, cómo darse cuenta de unx está listx. Sé que en algún momento se decide empezar a experimentar. Borré de mi cabeza esa primera vez, no me acuerdo de nada. No sé si fue en su casa o en la mía, no me acuerdo de qué hicimos, de qué pasó antes ni después.
El caso es que Nico fue mi novio durante nueve meses. No sería justo decir que fue mi primer novio, porque había tenido un noviecito de la adolescencia, Dani, pero como con él no cogimos no tengo ninguna historia de la Paternal.
Nico trabajaba en una casa de cambio y a la mañana nos despertábamos y nos tomábamos juntos el 106, él bajaba en Avenida Corrientes y Scalabrini Ortiz y yo seguía hasta Córdoba y desde ahí caminaba a mi casa, llegando a Avenida Santa Fé.
¿Qué hacíamos? No sé. ¿Qué sentía? No sé. Sé que salíamos bastante con otros amigos. Con Lau y Andy (que por suerte cortaron al poco tiempo, digo por suerte porque Andy, para que se hagan una idea, usaba jeans y ojotas en verano) y con Mai y Mati, que hoy en día siguen juntos y tienen una hija. Ahora que lo pienso, creo que le gustaba mucho cocinar. Y también jugábamos bastante a juegos de mesa, al burako especialmente y el me enseñó a jugar al backgammon. Qué manera de aburrirse, pienso ahora, aunque seguro que en su momento lo disfrutaba.
El principio del fin fue una tarde de diciembre en la que hablamos por teléfono y quedamos en vernos. Fuimos a una plaza cerca de su casa, en Camarones entre Mercedes y Chivilcoy. A él le pareció oportuno decirme que había estado con otra chica (teníamos una pareja monogámica) y que me lo contaba porque eso le había hecho darse cuenta de que me amaba (?) y de que quería estar conmigo (??). Un momento. Esa conclusión no se sigue de esas premisas, ni en la lógica clásica ni en ninguna otra. Pero a mí no me importaba mucho que él hubiera estado con otra chica y seguimos juntos.

En enero yo me fui de vacaciones al sur con dos amigas del secundario. El día que volví Nico me fue a buscar a Retiro y me acompañó a casa. Cuando lo vi supe que ya no me gustaba más y esa misma noche cortamos. 

martes, 11 de noviembre de 2014

No.
No es verdad.

Lo de que la extraño lo escribí ayer borracha. No es cierto, no la extraño, no por lo menos a ella tal como es, en todo caso extrañaré alguna imagen que inventé en mi cabeza en la cual ella es perfecta. Pero ella no es perfecta y yo no la extraño.

Y no puede ser el fracaso del amor algo en lo que nunca hubo amor.

Pero sí quería aprovechar para esta reflexión que viene dando vueltas hace un tiempo en mi cabeza: ¿de qué hablamos cuando hablamos del "fracaso del amor"? ¿Es que no funcione? ¿Es que se termine? ¿Y entonces cuando funciona sería el éxito del amor y el amor es intrínsecamente duradero o tiende por sí mismo a durar en el tiempo indefinidamente, casi al infinito, tanto que cuando no dura decimos que fracasó?

Nota mental: dejar de superponer amor y duración, amores breves y hermosos por breves también existen.

lunes, 10 de noviembre de 2014

A veces

A veces la extraño. Casi con pudor, casi no me animo a decirlo en voz alta. En general no pienso en ella y no quiero hacerlo y me esforcé tanto que a veces pienso que lo logré. Pero después aparece, fantasmal, entre recuerdos, recuerdos de las charlas, recuerdos de las risas, de las caricias, recuerdos de lo compartido, recuerdos de las sensaciones guardadas en el cuerpo como marcas que no quieren borrarse, recuerdos hermosos, recuerdos tristísimos.  
¿Es el fracaso, el fracaso del amor? ¿Acaso el fracaso del amor no es más que el amor desencontrado, desencajado, el amor a destiempo? O quizás sea sólo la ilusión, la ilusión de lo que pudo ser y no fue. ¿Entonces el fracaso del amor es la desilusión? ¿O es el amor a destiempo? Es también posible, muy probable, que no se trate de un destiempo sino de un desencuentro que no se juega sólo en términos de temporalidad sino también de deseo o, en este caso, de la falta del mismo. Es lo que no pudo ser. 
Y es importante que lo que no pudo ser esté narrado en el tiempo pretérito, ese tiempo en el que pensé y pensó (¿alguna vez lo pensaste?) que podíamos construir todo, pero después no pudimos, no pudo o no quiso, es importante que lo que no pudo ser esté narrado en el tiempo en el que no fue. 
A veces la extraño y no es que sea tan importante que me haya roto el corazón, no es que sea tan importante que me haya inventado (¿ella o yo?) un mundo de fantasías, no es que sea tan importante que yo haya depositado de mí tanto como para ser vulnerable, pero a veces la extraño. 


Sé que ya dije estas palabras antes, sé que ya me rompieron el corazón y que ya pensé en la fantasía y en la desilusión y en el destiempo y en el desencuentro. Sé que ya no pienso en aquellas personas en las que pensé que nunca iba a dejar de pensar y que muy probablemente de acá a un tiempo esto no sea sino irrelevante. Pero a veces la extraño.