Soy la maría antonieta del siglo XXI, y al que quiera cortarme la cabeza, le recuerdo que después de la Revolución vino el Terror.

viernes, 30 de diciembre de 2011

Oda a mi bicicleta - versión mala onda



No, no soy una mujer golpeada.
Me caí en la bicicleta.
Había como una elevación en el piso,
una suerte de malformación
que rompía con el continuo liso
que deberían ser las calles asfaltadas.
Fue donde comienza Luis María Campos,
en frente de la terminal del 12.
Volé por los aires, rodé,
caí, mi bicicleta cayó arriba mío
y sé que se me vio toda la bombacha.
Unos wachitos que pasaban por ahí
me ayudaron a levantarme
y a levantar mi cartera y mis anteojos.
Un chabón que cruzó la calle cuando vio el accidente
frenó a los autos que venían a mil
y me dijo "sí, te la diste jodido, yo lo vi".
Tengo un par de golpes,
pero que no están a la altura del accidente.
Un chichón en la cabeza,
dos raspaduras con moretón en un brazo,
dolor en el otro,
raspadura en la espalda, la pierna,
más moretón en la pierna.
Pero mis huesos están intactos.
Eso sí, me asusté mucho.

lunes, 26 de diciembre de 2011

cena navideña

Cuando me invitó a pasar la navidad con sus padres y hermanos me dijo que estuviera tranquila, que eso no significaba casi nada. Pasada la noche y ya borracho, su mejor comentario fue que ahora yo era parte de su familia.

Como sea, estuvo todo perfecto. La pasé re bien y todos fueron muy copados. Al principio yo estaba un poco tímida, pero después de las primeras copas aflojé la tensión y los nervios. Comimos y charlamos y chupamos y comimos y chupamos y chupamos y chupamos, y yo terminé con un pedo madre. A mi favor puedo decir que todos estaban borrachos.

En fin. Fue divertido y mucho menos traumático de lo que pensaba.

martes, 13 de diciembre de 2011

estando con p.

No sabría por dónde comenzar a contar esta historia.
Quizás porque la velocidad que tomó no me dejó tener mucha autoconciencia.
O porque me sorprendió cuando menos me lo esperaba.
O porque es tan nuevo que todavía estoy intentando inventar las palabras que mejor se adecuen.

La parte en que yo me luzco como lo buena top kat que soy
es que es un amigo de un chabón que yo me cogía antes.

La parte en la que me siento menos experimentada
es que me descubro, por momentos, actuando como una tonta
y me pregunto si eso pasará cada vez que uno se enamora.

A veces me da miedo el final, el desenamoramiento.
(En esos momentos me gustaría ser menos nihilista.)
También me da curiosidad el futuro, el porvenir.
Y estoy feliz y muy entusiasmada.
Y quiero que esto dure para siempre,
pero si me piden que me ponga menos romántica
quiero que esto dure, por lo menos, mucho tiempo.

lunes, 5 de diciembre de 2011

reviviendo el blog

Parece que este es un blog de desamor. O que, por lo pronto, eso viene siendo. Como si fuera más difícil escribir sobre la alegría. Quizás porque parece superflua, en contraposición a la profundidad de la tristeza. Porque la jovialidad es ligera, mientras que el resentimiento es pesado.
Pero así como maldije, y me entristecí, y lloré, y desprecié, hoy quiero reivindicar el amor.
Serán los vericuetos de la vida, sus idas-y-venidas y sus vueltas, el paso del tiempo, la capacidad de olvido, la intensidad del presente, o quién sabe qué. Pero las cosas cambian; las historias viejas pasan, y nuevas historias comienzan.

Así que ahora, a intentar escribir el amor.
Si es que eso es posible.