Soy la maría antonieta del siglo XXI, y al que quiera cortarme la cabeza, le recuerdo que después de la Revolución vino el Terror.

jueves, 9 de julio de 2015

errar es humano

El martes tuve una cita con un chico que conocí por Tinder. Fuimos a tomar una birra y cuando él llegó yo ya estaba sentada en el bar leyendo. Cerré el libro y lo saludé pero él ni siquiera me preguntó qué leía. 
Me habló de cosas de su carrera, lo cual me pareció medio extraño porque ya está recibido. Quizás su pasado es más interesante que su vida actual, aunque también me habló de su trabajo en la constructora, de que es jefe y ahora va a ser más jefe de lo que era antes y que estaba a cargo de muchas personas y que siempre tenía que estar diciéndoles qué hacer porque no siempre sabían y que había elegido a uno de los albañiles para que realizara las tareas que él realizaba antes pero que había tenido que elegir a uno, él más piola, porque no a todos les daba para hacer ese trabajo, o sea, no es que estuviera discriminando pero decía que había que tener cancha para hablar con los clientes y bla ble bli blo blu. 
Tres veces quise hablar y me interrumpió y siguió el curso de lo que él estaba contando y ni una vez agarró la botella de birra para servir. 
Cuando terminamos la primera cerveza fui al baño y le mandé un mensaje a Mica que decía "Me aburro!!!". Cuando miro de nuevo el celular veo que me había equivocado o que mi inconsciente se había apoderado de mí porque el mensaje se lo había mandado a él. Me respondió "wtf". Yo estaba muy fumada y no supe qué hacer. Pensé en decir que era un mensaje viejo (pero era obvio que no), en no decir nada (pero era insostenible), en irme por la puerta de atrás (pero había dejado los puchos sobre la mesa). Esperé a ver si entraba alguien al baño a quien pudiera contarle lo que había pasado para que me dijera qué me convenía hacer. Finalmente decidí afrontar la situación con la verdad y salí del baño con la esperanza de que él se hubiera levantado y se hubiera ido. Pero no, cuando salí, él seguía ahí sentado. Me acerqué y le dije "ay, perdón" y él me dijo "te equivocaste de persona a la que le mandabas el mensaje" y yo, "sí". Después me dijo que era lógico porque nos estábamos conociendo y que si era definitivo y no íbamos a tomar una birra la semana que viene nos fuéramos pero que si no podíamos tomar otra birra y ver qué onda. Yo me sentía muy incómoda por el mensaje equivocado y además realmente me había aburrido y me quería ir a mi casa pero no sabía cómo decírselo sin ser más cruel de lo que ya había sido. Eso duró unos diez minutos hasta que en un momento me dijo que los varones eran más directos, que cuando decían una cosa significaba eso y que las mujeres eran más enroscadas y que no lo decía de machista. Agradecí para mis adentros que dijera algo que me cayera lo suficientemente mal como para no sentirme mal por ser sincera y le dije que no volvería a tomar una birra con él la semana que viene ni la otra y que me parecía mejor pedir la cuenta y que nos fuéramos. Y eso hicimos. 

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