Pero hay momentos en los que, curiosamente, la realidad supera con creces la fantasía. Y eso es esperanzador. Y me pone feliz. Y este es uno de esos momentos.
Soy la maría antonieta del siglo XXI, y al que quiera cortarme la cabeza, le recuerdo que después de la Revolución vino el Terror.
miércoles, 9 de noviembre de 2011
mirá la realidad, está de fantasía
Soy muy fantasiosa. Siempre lo fui. Me la paso inventando e imaginando historias que, obviamente, nunca son. La realidad siempre queda muy por debajo de la fantasía. Es inevitable, supongo. Que cuando uno tiene una expectativa muy alta sea muy difícil que se cumpla. Y sobre todo que se cumpla totalmente. Y eso es bastante frustrante.
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