Soy la maría antonieta del siglo XXI, y al que quiera cortarme la cabeza, le recuerdo que después de la Revolución vino el Terror.

martes, 14 de octubre de 2014

XXIX Encuentro Nacional de Mujeres

Decidir ir fue, de por sí, todo un tema. Yo tenía planeado ir con N y cuando esa situación quedó en la nada, no estaba segura de qué hacer. Hasta que por suerte Ceci preguntó en el grupo de las Juntadas Feministas si alguna iba y eso hizo que me volvieran las ganas de viajar. Empezamos a organizar. 
Conseguir cómo ir fue un quilombo. Comparar posibilidades, números, horarios de salida y vuelta, elegir un micro que se cae, etcétera. Finalmente decidimos viajar con el micro de Seamos Libres.
Nos encontramos el viernes a las 18hs en El Surco, Boedo 830. A las 20h salió un micro que duró 21 horas. En el viaje charlamos, comimos, tomamos mate, leímos, escuchamos música, jugamos a juegos, dormimos, paramos a desayunar, comimos, tomamos mate, dormimos. Y así. finalmente a eso de las 17h llegamos al centro de Salta. Fuimos rápidamente al taller de Mujeres y Sistema Penitenciario, pero sólo llegamos a los últimos 15 minutos del taller. Después de eso nos encontramos con Luli y fuimos a la charla de la Campaña por la Legalización del Aborto. 
Fuimos al supermercado, compramos birras, y luego nos quedamos en la plaza charlando y escuchando música. Estábamos con Ce, Luli y Cris (una amiga de Lu de La Mestiza re amorosa). En ese contexto me mensajeé con Flor, nos encontramos, y lo otro ya lo saben. Tipo 1 encaramos el regreso a la casa de Raúl, el couchsurfer que nos iba a hospedar a Ceci, a Luli y a mí. La casa quedaba medio lejos pero el bondi llegó enseguida. Llegamos, nos acostamos y yo me dormí inmediatamente.
A la mañana siguiente nos despertamos, nos duchamos, desayunamos y emprendimos la vuelta al centro. Fui al taller de Mujeres, poder y política, pero fue una cagada. Como la mayoría de los espacios, aparateados por la riña entre troskas y kirchneristas. Un embole. Después almorzamos y dejamos los bolsos en el hostel de Cris. Por la tarde me quedé con Lu en la plaza haciendo esténcils en nuestras remeras (¡¡nuestros primeros esténcils!!) y fuimos a la marcha. 
Nos pintamos, nos quitamos las remeras, nos escribimos los cuerpos. Marchamos, cantamos, saqué fotos. Llegamos a la catedral, cantamos, espantamos. Con Ceci nos besamos. Protestamos.
Después fuimos a cenar y a la supuesta peña que fue un fiasco. Cuando terminó, fuimos a la escuela donde estaban las chicas, dormimos media horita y a las 5am tomamos el micro de vuelta. Dormí hasta la mañana siguiente, y luego volvió el ritual del micro: tomar mate, escuchar música, leer, comer, etcétera, etcétera, etcétera. 
Hacia las 6 de la tarde ya no tenía más paciencia, todo me irritaba. Estar en un micro con 50 personas hacía vaya unx a saber cuántas horas me quemó la boina. Necesitaba llegar ya. Esas últimas horas duraron una eternidad. 
2.30 am llegamos a Capital y me tomé un taxi a casa. Llegué, me duché y me fui a dormir. 

Puedo decir que estoy muy conforme con el encuentro. Me da pena que los talleres no sean tan buenos, pero quizás la mística resida en otra parte. 
Ya vendrán reflexiones más trabajadas.

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