Soy la maría antonieta del siglo XXI, y al que quiera cortarme la cabeza, le recuerdo que después de la Revolución vino el Terror.

miércoles, 24 de septiembre de 2014

it's over, baby

El martes antes de entrar a baile N me manda un wapp y quedamos en vernos. Hoy voy a la casa, presiento que no son buenas noticias pero prefiero eso a la incertidumbre. 
Llego, charlamos de boludeces, me cuenta dos o tres cosas de ella. 
Llegadas a un cierto punto, me dice que estuvo pensando mucho y que en este momento necesita estar sola, que se da cuenta del quilombo que armó, que no me debería haber contado lo de J como me lo contó, habla de su capacidad de mandarse cagas y herir a lxs demás.
Yo le digo que me pareció muy infantil como planteó las cosas la vez pasada, que también pienso que no me lo debería haber dicho y sobre todo la forma en la que empezó la conversación...eso de que ella es mala y yo soy buena...que todo eso era una chiquilinada, que cuando dos personas están juntas, ambas tienen la potencia de lastimar a la otra y que cada unx se cuida.
Dice que ella me ve muy resuelta, que quiero algo y voy y lo hago (es cierto) y que ella no es tan así (también es cierto).
Necesita estar sola, pensar en su vida, resolver mambos de ella. 
En un momento habla de que quiere que sigamos siendo amigas (?!?) y también de que en algún momento quizás se quiera matar por la decisión que está tomando. Aprovecho para decir lo único importante que tengo para decir que es que pienso que se va a arrepentir.
Y lo de la superación, sí, dice que vamos a tener que superarlo. Y yo, yo no tengo nada que superar, a lo sumo me pondré un poco mal, la extrañaré y se me pasará.
Y ya no tenemos nada más para decir así que guardo mis puchos y agarro mis cosas y me baja a abrir y chau chau adiós. 
Me tomo el colectivo a casa y cuando me bajo veo que en la esquina abrieron un Havana. Qué bien.

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