Soy la maría antonieta del siglo XXI, y al que quiera cortarme la cabeza, le recuerdo que después de la Revolución vino el Terror.

jueves, 18 de septiembre de 2014

Y además les traigo, a falta de una, dos historias. Esta se llama "cinco días de amor".

Vamos con la primera: Juli. El chico más dulce y bueno del universo.

Pasé julio 2014 en Berlín, la ciudad que nunca te defrauda y siempre te sorprende (por más slogan de publicidad que suene esto!).
Mi amiga Flora también estaba allí y me ofreció hospedarme con ella, en el cuarto que le subalquilaba a un amigo, Juli, también argentino, del sur y músico.

Lo conocí una noche que él tocaba en un super festival en Potsdam con su banda. Esa noche casi ni hablamos (más tarde supe que no le había caído muy bien al principio). Sólo en el subte de vuelta (él borracho y yo con resaca de drogas de la noche anterior) intercambiamos una bandera de Argentina (por esas fechas jugaban la final del mundial Argentina y Alemania) por una manta que yo me había robado del festival, con la promesa de devolvérnoslas al día siguiente, día en que yo me mudaba a su casa.

A las 4 o 5 de la mañana nos despedimos y a las 11 yo ya estaba tocando el timbre en su departamento, con mis dos valijas y su bandera de Argentina. Él me dio mi manta, me ofreció unos mates y nos quedamos charlando.

De ahí en adelante hubo muchas actividades de los tres: Flor, Juli y yo. Dos días antes de que yo me fuera a Edimburgo y a Dublín, Flor se había ido a Bruselas y Juli y yo aprovechamos la intimidad para besarnos y pasar la noche juntos. Él pensaba que yo ya no volvía a Berlín y me dijo que no quería dejar pasar la oportunidad, yo le expliqué que volvía y me quedaba 5 días más allá y él me invitó a quedarme en su casa a mi vuelta.

Y así fue como cuando volví tuvimos cinco días de amor. Fue fantástico saber que el tiempo era finito y conocer la fecha de caducidad. Permitió potenciar todo lo que pasó en esos días. Por lo menos así lo veo yo.

Tuve con Juli las charlas más lindas quizás de mi vida, lxs dos nos abrimos y nos contamos cosas nuestras, escuchamos al otro, tomamos bastante vino, nos leímos, nos dijimos, cogimos increíblemente bien, nos drogamos, nos miramos, nos acariciamos.

Y una mañana nos despedimos, él se fue al trabajo, yo cerré mi valija y me fui al aeropuerto.

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