Soy la maría antonieta del siglo XXI, y al que quiera cortarme la cabeza, le recuerdo que después de la Revolución vino el Terror.

sábado, 11 de junio de 2011

me pregunto

A menudo me pregunto si debería ser más estricta o más comprensiva con la gente. Paso de ser una enojona a ser una blanda, y de ser una blanda a ser una enojona de nuevo. Y me pregunto: ¿cuál es el límite de lo que uno acepta? O mejor dicho, ¿cuál es mi límite? ¿Qué acepto? ¿Qué me parece inaceptable? ¿Qué me molesta y qué puede matizar esa molestia? ¿Cuándo decido olvidar? ¿Qué decido olvidar? ¿Qué decido no olvidar? ¿Qué es una nimiedad y qué es importante? ¿Cómo definir si lo que el otro hace es una maldad o una boludez? ¿Es válido matizar la acción del otro con supuestas intenciones que le atribuimos? ¿O debería limitarme a los hechos?
Y por último: ¿puede cambiar la gente?

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